Hoy hablaré de Johannes Brahms (1833-97), uno de los compositores más importantes de la segunda mitad del siglo XIX.
Desde muy joven fue un gran pianista, lo que le valió para ganar dinero tocando el piano en multitud de lugares, bares, cafés, restaurantes, burdeles, de todo vamos.
Compuso mucha música para piano, destacando dos conciertos para piano y orquesta, que él mismo estrenó como intérprete, variaciones para piano, y variada música de cámara en la que el piano tiene un papel protagonista.
También hay que destacar su obra para orquesta y también para orquesta y coro, sobre todo cuando se traslada a Viena, donde pasó los últimos 30 años de su vida. Destaca su Requiem Alemán, la obertura académica, y sobre todo sus cuatro sinfonías.
Brahms era un compositor muy metódico y solía desechar muchas de las obras que componía pues creía que no estaban perfectas. Maduraba mucho sus ideas musicales en la cabeza, sobre todo dando largos paseos por el campo (como tambíen hacía Beethoven).
Era tan concienzudo que tardó 10 años en componer su primera sinfonía cuando era ya un compositor consagrado.
Tuvo el apoyo de Robert Schumann desde la revista musical que dirigía en Leipzig, lo cual lo catapultó a la fama como comositor. Más tarde, tendría una relación "platónica" con Clara Schumann, de la que fue amigo íntimo hasta la muerte de ésta.
Su trato con los niños era exquisito, jugaba con ellos y solía regalarles caramelos, sin embargo, no era tan amable cuando debía relacionarse con adultos o con la sociedad vienesa de su tiempo. De hecho, no se llegó a casar nunca.
Como muestra de su música, una nana super famosa, que no por ello deja de ser una auténtica exquisitez.
domingo, 24 de enero de 2010
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