La curiosiosidad (y genialidad) que hoy comento la he leído en un blog cuyo nombre viene como anillo al dedo: Curistoria. Es un blog sobre curiosidades de la historia simplemente genial.
En él cuenta su autor Manuel J. Prieto que cuando Mozart era un adolescente visitó Roma. En un miércoles santo escuchó una obra, el Miserere, de Gregorio Allegri, que estaba absolutamente prohibida copiar bajo pena de excomunión.
Pues bien, Mozart, después de escucharla llegó a su hospedaje y transcribió la obra de memoria, aunque eso sí, volvió el viernes santo para volver a oirla y hacer una ligera corrección.
No se trataba de una melodía tipo "cumpleaños feliz" ni nada por el estilo, sino de 8 minutos de música a cinco voces. Toda una proeza.
De nuevo Mozart, SIMPLEMENTE GENIAL.
Para que se pueda apreciar lo complejo de la obra, aquí una muestra:
miércoles, 13 de enero de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja aquí tu comentario: